Cuento de Año Nuevo de los Navegantes del Palomar
Compartimos con vosotros, estimados amigos lectores, un nuevo cuento de Año Nuevo de nuestros queridos Navegantes del Palomar (Librería El Rincón Escrito en Villanueva de las Carretas - Burgos).
Esperamos que lo disfrutéis 😊
DOSLIM VIENTE
—¿Te dedicas ahora a la paremiología, Navegabuque extravagante?
—Sí, Buquesa razonable; debido al temporal de los últimos días de diciembre, y por si torna, estoy zambullido en refranes que se refieren al viento.
Hay una cantidad trasordinaria, e instruyen mucho... Mira: El tiempo vuela como el viento. Cuando el viento sopla airado, no hay paz en ningún lado... A éste no dejo de darle vueltas pensando en el año que entra y en el estado del mundo.
—¡Ah!
—Claro que sí; pero quédate donde llego; voy a hacer un inciso y no quiero que se me olvide que estoy hablando del viento, por adelantarse la idea que me has dado llamándome Navegabuque
—¿Te ha gustado lo de Navegabuque?
—Sí, mucho, muchísimo. Pero como nombre para una librería. Volteando la palabra. En vez de "Navegabuque", "Buquenavega"; lo que podría derivar en "El buque navega".
—Valdría para un astillero.
—¡No, no, Buquesa; para una librería! Fíjate qué internacional resulta:
"El book que navega".
—¡Oh, sí, qué bonito! ¡¡Pero qué bonito!!... Nuestra librería podría haberse llamado "El buque navega"..., y siendo nosotros Los Navegantes del Palomar...
—…Pues se completaría: "El buque navega de los Navegantes delPalomar"... E incluso más: “con sus rincones escritos”, porque abiertos entre las manos, los libros son rincones escritos... Y ahora, anudando con el hilo roto de la conversación...
—Eso, vuelve a tu rumbo y navega.
—...Decía que de cara al año que entra, todo cuanto al viento se refiere ha de ser sutil y de muchísimo interés; y tú lo sabes. Tú tienes noticia.
—¿Ah, sí?... ¿Yo? ¿Por qué lo dices? ¿He tenido algún presagio sin haberme enterado? Además, ¿a qué viene, Navegabuque, enjaretar el dosmil veinte con el viento?
—¿Ah, sí?... ¿Yo? ¿Por qué lo dices? ¿He tenido algún presagio sin haberme enterado? Además, ¿a qué viene, Navegabuque, enjaretar el dosmil veinte con el viento?
—Vamos por partes, Buquesa. Lo digo, primero, porque llevas un mes haciendo dibujos aerodinámicos que tienen aspecto protector; y después, enjareto, como tú dices, el viento con doslim viente...
—Dosmil veinte, dirás.
—…Déjate de cominerías, Buquesa; todos los años tienden a destartalarse por bien que empiecen, así que lo enjareto porque comenzando éste airado, ya lo dice el refrán, "no hay paz en ningún lado", en ninguno, ni en el orden de las letras. Así que no respingues, librera, que el Doslim Viente…, queda compuesto y conjugado en tiempo subjuntivo, Viente, del verbo ventar.
—El subjuntivo es una forma verbal de irrealidad, así que estás preparando el Cuento de Año Nuevo. Y si es así ¡que viente bien y sea feliz!
—¡Ah, eso ya lo preveo yo! pues tengo oídas cosas al vallisoletano Cristóbal de Villalón sobre el mágico poder de una hermosa joven navarra que añubla, que amansa tanto los aires, que podríamos pasear por ellos, y hasta dejar allí las huellas; y a Don Miguel de Cervantes le he escuchado decir de la Camacha de Montilla, que es tan única en su oficio que nos volverá sereno el cielo más turbado, nos pondrá en el jardín rosas en invierno y hasta, tú verás si quieres, nos concederá un sacristán en forma de asno para nuestro servicio. Y tengo para mí que no son embelecos, ¿eh?
—¿Pues qué haces? ¡Avíate, librero, toma el buque y ve a buscarlas, que esas dos magas todavía tienen que estar entre las páginas del Palomar!
Comentarios