EL PARÍS DE LA LITERATURA YA TIENE MAPA
El Ayuntamiento de la capital francesa diseña un plano que recrea los lugares más emblemáticos de la historia y la literatura de la ciudad.
«Los encuentros eran a veces tan increíbles que Oliveira se planteaba una vez más el problema de las probabilidades y le daba vueltas por todos lados, desconfiadamente. No podía ser que la Maga decidiera doblar en esa esquina de la rue de Vaugirard exactamente en el momento en que él, cinco cuadras más abajo, renunciaba a subir por la rue de Buci y se orientaba hacia la rue Monsieur le Prince sin razón alguna, dejándose llevar hasta distinguirla de golpe, parada delante de una vidriera, absorta en la contemplación de un mono embalsamado».
París tiene dos caras: la física y la literaria. O mejor, dos momentos: antes de la lectura de algunas novelas y después. En el París de las primeras líneas, concretamente, suena el saxofón de Lester Young o la voz rota de Bessie Smith, y las habitaciones de las casas en Saint Germain des Prés huelen a polvo, madera vieja y mate caliente. Aunque este solo es el Paris de Rayuela de Cortázar. O al menos el Paris de Rayuela que tiene en mente el que ahora escribe.
Pero no es, ni mucho menos, el único escenario posible que ofrece la capital francesa. En la memoria del lector también está el que describe Stendhal en «Rojo y Negro», el de la primera mitad del siglo XIX, que sirve de telón de fondo para describir los encuentros furtivos de Julien Sorel y la joven Mathilde. O el de Victor Hugo en «Los Miserables», o el de Marcel Proust en «Por el camino de Swann», o el de Maupassant en «Bel Ami».
La importancia de París en los últimos dos siglos ha sido tan importante en el plano cultural que todos tenemos una idea de la ciudad, formada de recuerdos que mezclan difusamente lo ficticio y lo histórico. Cada uno el suyo, con sus cafés, sus rincones oscuros, sus puentes, sus paseos junto al Sena y sus iglesias. Y ese es el París que ha intentado recrear, en una especie de plano literario, el Ayuntamiento de la capital francesa, en colaboración con algunas bibliotecas municipales y la biblioteca electrónica Feedbooks.
En su página web –que también ofrece la descarga gratuita de las obras recogidas en el plano– se propone, además, una serie de «paseos culturales»: rutas que acostumbraban a seguir personajes relevantes de la cultura francesa, o lugares emblemáticos de reunión, como el Café de Flore, donde se citaron, en distintos momentos personajes de la talla de Picasso, Apollinaire, Max Jacob o Sartre y Simone de Beauvoir, que tenían incluso mesa fija. De esta manera, el Ayuntamiento aprovecha las nuevas tecnologías para acercar al turista la cara más novelesca de una ciudad que ha inspirado a tantos escritores y artistas franceses y extranjeros.
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